diumenge, 30 d’agost del 2020

divendres, 31 de març del 2017

dimarts, 4 d’octubre del 2016

Tallant ceràmica.



Artesà ceramista tallant una peça, concretament un nùmero, els que es posen a les cases al carrer.
Artesano ceramista tallando una pieza, concretamente un número de los que se ponen en las casas.

dissabte, 21 de maig del 2016

VIAJE A FEZ, MARZO 2016


Día 8
    En  este viaje lo hicimos un grupo de cuatro personas, Irene, Melani, Carlos y un servidor.
    Aterrizamos a las 18:30 (hora local), pasamos el control de pasaportes e hicimos el cambio de moneda allí mismo. Al salir del aeropuerto, cogimos un taxi, el precio oficial es de 20 €, pero si regateas lo puedes sacar por menos dinero; nosotros conseguimos llegar a la entrada de la Medina por 13 €. Es importante  pactar el precio antes de subirse. El taxi suelen ser  un vehículo viejo y destartalado, aquí  no pasaría  la ITV ninguno. La conducción es caótica, no me extraña que Marruecos sea el tercer país del mundo con más accidentes de tráfico. 
    Cuando llegamos a la Medina  ya había oscurecido, por lo que decidimos coger un guía, pero nos juntamos como por arte de magia, se acopló uno más. Nos llevaron a cenar a un restaurante, que supongo seria de algún amigo o familiar. Nos esperaron y luego nos acompañaron al Riad Doha, que es donde se alojaban Melani e Irene, y después al  Dar Lalla Kenza. Tuvimos una pequeña disputa por no haber pactado el precio del servicio al inicio, pero al final todo se arregló y no pasó nada, quedó solo en anécdota.
    Del Riad  resaltar la amabilidad y atención de Omar, el recepcionista.  Mi habitación era pequeñísima  más que un cuarto, parecía un zulo. Pero las zonas comunes eran agradables.
Día 9
     Por la mañana en el desayuno,  conocimos a Yolanda y Cristian (de Gandía), llegaron el mismo día que nosotros, aunque en otro vuelo.
     Nos juntamos todos y salimos los seis a “explorar” la Medina. Visitamos la famosa Tenería Chouara, aunque estaba  en obras, porque la Unesco la declaró  patrimonio de la humanidad y dio dinero para su restauración. Como curiosidad, al entrar te dan una ramita de hierbabuena para no notar el fuerte hedor de sus aguas putrefactas que son necesarias  para poder curtir las pieles. Suelen utilizar excrementos de paloma para pudrir el agua.


     Al salir nos dirigimos a una herboristería museo que había en la misma calle, allí nos enseñaron productos tradicionales que hacen en Marruecos como perfumes, jabones, hierbas medicinales etc. 




    Sin perder tiempo, anduvimos  por las callejuelas de la Medina, Fes el Bali es la isla peatonal más grande del mundo, tiene más de 900 calles. Cualquier cosa que se debe transportar por ahí, se  lleva en un carrito empujado a mano o en burro. Las calles son  muy estrechas  y con desniveles por lo que es imposible el paso de automóviles. Todo lo que es Fes el Bali parece de otra época, el caos, la desorganización del trafico, los puestos de comida en la calle, las paraditas carro donde venden verduras, los carritos llenos de naranjas.... en definitiva  un viaje al pasado.


     Cuando se hizo la hora de comer, fuimos a  un restaurante  cercano a los riads.  Curiosamente tenían tres tipos de cartas, con distintos precios según si eres turista o no. Pedimos platos típicos (como el Cous cous, trajín de cordero, pastilla) todo estaba delicioso y económico. Nos atendió Mustafá, un anciano muy simpático y atento, con mucho sentido del humor. Después de comer, nos fuimos a tomar café y té a un bar de la calle principal.
   Regresamos al Riad antes de la puesta de sol, ya que queríamos oír la oración de las mezquitas. Justo cuando se pone el sol se activan  los altavoces. Este cantico se hace cinco veces al día, el primero de la mañana coincide con el alba, a todos nos despertaba de madrugada. Para acabar el día, cenamos en el riad donde  bocadillos.



Día 10
   Este día decidimos  contratar  una excursión con guía  para ver el exterior de la medina. Abdul nos presentó a Azdine Mouharrir que sería el guía que nos llevaría con la furgoneta a los seis. Visitamos el castillo del Norte,  varios cementerios, y nos mostro todo Fes el Bali desde fuera y su historia. En la ruta incluimos la visita a ver la fábrica de mosaicos,  Artgile. 



Como curiosidad, destacar que la arcilla que usan es característica de la zona y no es rojiza, sino gris, según nos explicaron es único. En esa empresa se trabaja de forma tradicional, como antes. El torno se mueve con el pié, los artesanos cortan los mosaicos a mano, únicamente valiéndose de un martillo y se pasan horas sentados en el suelo cortando y cortando  pedazos de mosaico con los que más tarde los pegarán con cemento creando preciosos dibujos.
   Una vez acabada la ruta turística le pedimos a Azdine que nos dejase en la puerta azul que es la entrada más emblemática de Fes el Bali. Allí comimos y volvimos a Riad adentrándonos y cruzando la Medina. Como es bastante complicada la orientación, nos perdimos y salimos en otra parte, por lo que tuvimos  que coger un transporte para que nos llevase a la plaza Rcif, no sin antes haber paseado por las incasables callejuelas de ese inmenso zoco, vimos infinidad de tiendas de todo tipo a derecha e izquierda, de ropa, de pastas, bolsos, abalorios etc.




Como ya llegaba el ocaso nos apresuramos para llegar al Riad pronto para volver a escuchar la oración desde la azotea. Luego salimos a cenar al restaurante dónde habíamos comido el día anterior.

Día 11
   Este día teníamos también otra excursión, esta vez pasaríamos fuera todo el día. Sobre las 9 horas vino a recogernos Mustafá, el guía. En primer lugar nos dirigimos a Ifrane, un precioso pueblo tipo europeo que estaba situado en el Atlas Medio. Se trata de una población bastante importante, ya que allí se encuentra un centro de entrenamiento de deportistas profesionales de Marruecos. También se encuentra la importante universidad Al Akhawayn University. Hacía mucho frio y aun quedaba algo de nieve de la importante nevada de la semana anterior. Paramos unos 30 minutos para dar un paseo, la verdad es que no había demasiado que ver; a  parte de una bonita plaza central con una fuente y una estatua de un león. Llama la atención que las casa son de techos muy inclinados al estilo europeo, no parecía que estuviéramos  en Marruecos. Después continuamos el camino hacia el bosque a ver  los monos, pero antes paramos en un mirador para contemplar las vistas del Atlas Medio. Como había algunas cabañas con suvenires decidimos realizar algunas compras y después continuamos el camino hacia el bosque. Al llegar me llamó la atención  que los monos acampaban a sus anchas por el terreno parcialmente nevado. Eran animales dóciles, comían de la mano, pero  no se dejaban tocar ya que se asustaban y huían.


    Disfrutamos alimentándolos con trozos de plátanos y cacahuetes (1 bolsa costaba 5 dírhams que equivalía a unos 50 céntimos de Euro). También habían caballos, por 20 Dm, unos 2€ te paseaban unos 5 min con el cuidador a pie al lado sujetando el caballo. Carlos, el más intrépido del grupo, se atrevió a montarlo solo e incluso lo hizo trotar.
    Allí estuvimos alrededor de una hora y después comimos en Azrou. Este pueblo, era pequeño pero pasamos por un camping con una bonita entrada, y muy cerca había una mezquita  así que, Mustafá nos pidió si podía ir a rezar, mientras nosotros hacíamos  fotos en el camping y alrededores. Fotografié  a unos niños muy simpáticos, al principio por timidez no se atrevían a posar, pero al preguntarles si querian que les hiciese una foto, aceptaron de inmediato



Cada foto que les hacia se la enseñaba, ellos se reían al verse en la pantalla de la cámara digital y querían mas, fue un momento especial y el resultado espectacular. Regresé a la furgoneta y cuando estuvimos todos, nos fuimos a comer a un bar/restaurante. 
   Después de comer nos dirigimos a un lago bastante grande, aunque no tenía mucho de especial, tome  fotos, dimos un paseo y nos acercamos al precioso pueblo de Bhalil. Es un pueblo conocido por sus casas cueva. 




Fuimos a visitar una, y al llegar, Mohamed, el anfitrión ya nos estaba esperando en la entrada del pueblo, junto al arco o puerta de entrada. Lo acompañamos andando hasta su casa, muy humilde por cierto, y nos ofreció con simpatía un excelente té. Estuvimos hablando con él un rato y después nos dirigimos hasta una cascada cercana, que era el lugar de veraneo de la gente del pueblo.
   Después finalizamos la excursión una vez en Fez,  cenamos algo en el Riad, y como despedida, ya que al día siguiente tocaba regresar a Barcelona, nos tomamos una Shisha.

 
Día 12
  El último día desayunamos todos juntos sobre las 9 de la mañana. Mustafá vino a recoger a Yolanda y Cristian para llevarlos al aeropuerto, y quedamos con él para que también nos llevase por la tarde. Hicimos una última salida al mercado de la medina, donde están todas las paradas de alimentación, carne, pescado, verduras... Nos llamo mucho la atención  que en las pescaderías no usaran hielo para conservar el pescado. Todas las paradas eran muy pequeñas, pudimos ver a un hombre limpiar pescado junto a una parada, sentado en el suelo en pleno paso. Lo que más me impacto fue una parada de carne de camello, habían  colgado la cabeza cortada de un camello como rotulo publicitario, realmente impactaba, es como un viaje a la edad media en muchos sentidos. En la medina puedes ver todos los oficios, ordenados por zonas, la zona de los peleteros, artesanos del cobre, tejidos, etc.




    Alrededor de la una, fuimos a comer al restaurante de siempre en la plaza Rcif, al salir nos despedimos del camarero que nos había atendido durante la estancia en Fez siempre tan atento, tan amable y simpático. Nos dirigimos al hotel, recogimos las maletas y esperamos a Mustafá. Sobre las 16.30 nos dirigimos al aeropuerto. Allí volvimos a hacer el cambio de moneda, pasamos la revisión de los pasaportes y embarcamos de regreso a Barcelona.

diumenge, 24 d’abril del 2016

Fotoescapada a Fez, Marruecos del 7 al 11 de Junio del 2016

Despues de la buena acogida del primero hace tres un més, vamos a repetir la escapada fotográfica a Fez (Marruecos) del 7 de junio al 11 de junio. Nos perderemos por la Fes El Bali, visitaremos el barrio judio, el barrio andaluz. Si el tiempo lo permite, también hay prevista una excursión al Atlas Medio, y a visitar una casa cueva en Bhalil, donde nos tomaremos un té.
Fez es un lugar privilegiado para la fotografia, os va a encantar.
Se recomienda cámara Reflex aunque es perfectamente valida cualquiera que tenga funciones manuales.
El punto de encuentro sera el dia 7 de junio a las 21 hora local en el Riad Doha de Fes El Balí.
Por cuenta del alumno
Alojamiento, desplazamientos y comidas.
Para la forma de pago ponerse en contacto con el organizador mediante correo electrónico o mensaje privado.





dijous, 28 de gener del 2016

Candle



Els jueus deixen les espelmes, pedres i papers per honrar als seus difunts.

diumenge, 17 de gener del 2016

dissabte, 2 de gener del 2016

5 dias en Praga

  


   Este viaje  decidí hacerlo solo, para dedicar el máximo de tiempo a buscar momentos especiales. La soledad permite perderte  por cualquier rincón de la ciudad, sin tener  que estar pendiente de esperar a alguien o de que te esperen. La libertad es  perfecta para  estos casos, es una filosofía,  una forma muy diferente de viajar de la que no estamos acostumbrados.






Diario

Primer día:

   En la cola del 
check in del aeropuerto de El Prat conocí a Daniel Ortega Ferri, couch de profesión. Aunque es francés, reside en Barcelona desde hace varios años, por lo que, quedamos que al volver de los respectivos viajes, nos veríamos en Barcelona para hacer un café y comentar lo que habíamos  hablado (organizar las escapadas fotográficas).
El vuelo fue tranquilo, hubo turbulencias, sólo, en el momento de aterrizar en Praga. Estaba lloviendo y me llamó la atención que a las cuatro y media, ya estuviese tan oscuro. Pasadas las cinco de la tarde llegué al hotel, dejé los trastos, monté el 35 mm a la cámara y me fui hacia la zona del Karlùv Most para hacer unas fotos y cenar algo. Tampoco hacía frío para  la época del año en la que nos encontrábamos. Después de cruzar dicho puente, llegue al barrio de Malá Strana y puse rumbo hacia la calle más estrecha de Praga. De hecho, es la separación que dejan entre dos edificios, tanto que, necesitan poner semáforos a cada extremo  para regular el paso de personas (sólo  pasa una). 




Está entre los numero 24 y 26 de la calle   tocando al río y muy cerca del museo de Frank Kafka. Allí conocí a una pareja de Murcia, él estaba estudiando de Erasmus y ella estaba unos días visitándolo. Al finalizar del día y antes de regresar al Hotel, cené una salchicha típica y una cerveza en un puesto de la calle.





Segundo día:


   Sobre las nueve de la mañana, después del desayuno continental del hotel, por cierto bastante mediocre, aunque no malo ni mucho menos, pero si aburridísimo, me dirigí a la calle Husova donde se encuentra la estatua del conocido colgado de Praga.




Posteriormente, continué por  dicha calle hasta el reloj astronómico y alrededores, iglesia de Tyn, casa de la campana, etc.




Aunque la luz no era demasiado buena para hacer fotos, saqué alguna. Se acercaba la hora de comer y me dirigi al barrio judío, allí comí, en el restaurante Kolkovna, famoso por su codillo. Está situado frente a la Sinagoga Española, para muchos la más bonita de Praga.



Después de visitarla, fui al cementerio judío ya que es condición obligatoria para poder entrar. Hay varios tipos de entrada, la que compré yo valía 14 euros, más uno o dos adicionales para poder tomar fotos. Con esta entrada, tenía derecho a visitar todas las sinagogas y el cementerio ( hay una sinagoga que no puedes visitar, pero no recuerdo cual). Antes de entrar en el cementerio, tienes que atravesar la Sinagoga Pinkas. En las paredes están escritos todos los nombres de las victimas checoeslovacas del Holocausto. Fueron  77.297 personas asesinadas por el ejercito de Hitler, casi todas en el campo de concentración de Terezín. 




Después salí al exterior, que es dónde esta el cementerio. Lo cierto es que esperaba más, tal vez por las expectativas que llevaba o porque la luz no estaba acertada. Hubiese sido mejor realizar la visita por la mañana, a primera hora, la luz era mejor. 





Al salir fui a visitar el parque Kralovska, es un parque impresionante, tipo inglés.Pero, no era mi día, el lago estaba en obras y vacio de agua, por lo que me quede sin fotografiar mis tan ansiados reflejos en el agua del lago. 
Fue un día raro, todas la fotos que quería hacer en los lugares planeados no valieron demasiado la pena, ya por la luz o por las obras, en cambio las que hice en interiores y donde precisamente no tenia previsto visitar fueron  fantásticas, por lo que no puedo decir que fuese un día frustrante, fotográficamente hablando.  
 Al salir del parque regresé al hotel, cené en un chino cercano muy barato y que servia cantidades más que generosas de comida.




Tercer día:


   Salí alrededor de las ocho de la mañana después de desayunar y me dirigí al puente de Karlova, pero a medio camino cambie de pensar porque estaba lloviendo.  



Decidí pasar otra vez por el reloj astronómico, porque la luz que había era más adecuada que la del otro día.




Desde allí, puse rumbo al puente de Karlova y subi hasta el Hradčany (el mayor castillo del mundo)donde coincidí con el cambio de guardia. Había mucha gente, ya que era el día en que se conmemoraba la Revolución del Terciopelo. 




Despúes de comer habia dejado de llover y me acerque a la Namesty Republiky (Plaza de la República), donde se encuentra el Teatro Hybernia, muy cerca de la Torre de la Pólvora. Fotográficamente dio bastante de si, los raíles del tranvía, los adoquines, el teatro, incluso las escaleras del metro pasaron por el objetivo de mi cámara.



Más tarde, decidí parar de hacer fotos y entré en los almacenes Kotva para comprar  souvenirs, pero lo que vi, lo podía encontrar también en Barcelona y a precio similar. Llegaba la hora de cenar, cogi el tranvia,  baje en la plaza  Bratrí Synkù y entre a cenar en una pequeña pizzeria. Despues regresé al hotel, subí a la habitación, tome una refrescante ducha, vi la televisión checa un rato y me acosté.




Cuarto día:


   Como venía siendo habitual, desayune en el hotel y salí alrededor de las ocho de la mañana. Tenía la intención de andar un poco menos, pero no fue posible.Tomé el tranvía numero 24 hacia el barrio de Josejov (barrio judío) y caminé hacia el rio, esta vez lo crucé por el puente de Mánesùv.







Desde allí, la vista del Karlovo Most era espectacular, habían nubes entre las cuales se pasaban los rayos de sol y formaban junto al puente una bella imágen, el contraluz era precioso. Continué en dirección al castillo, hasta la plaza Malostranské y desde alli me dirigí  al Karlùv Most, aunque antes, me pasé por la calle estrechade nuevo y bajé hasta la terraza del bar que da al río, para hacer alguna foto del puente desde esa perspectiva y más tarde, regrese al hotel. Comí en el kebab que había cerca del hotel al cual solía ir y subí a la habitación a descansar hasta que empezase a atardecer.





Alrededor de las 4 de la tarde, me acerqué al Karlùv Most de nuevo, ya que quería tomar la panorámica del castillo y del puente desde la Avenida Smetanovo en la hora azul. Después me acerque al Karlùv Most para comprar algún souvenir a los artesanos que tienen las paraditas en el puente.




Pasé a Malá Strana donde un chico hacia burbujas de jabón gigantes, le di unas coronas y  le pedi si podia hacer una pompas para poder fotografiar la iglesia del Kostel Mikuláse a traves de ellas.Aceptó encantado.

Se estaba haciendo tarde y decidí que ya era hora de regresar al hotel. De camino, en el puente, me fijé en que las gaviotas que estaban volando pegadas al muro se iluminaban con los focos, con una luz nadir y resultaban unas fotos muy curiosas.




Allí conocí a una pareja de argentinos que era el primer día que estaban en Praga, me preguntaron si conocía algún restaurante para ir a cenar, y aunque estaba un poco alejado de donde nos encontrabamos, les recomendé el U Fleku que ya conocia de mi anterior viaje a Praga y me habia encantado. Es uno de los lugares de “obligada “visita si vas a Praga, se lo recomiendo a todo el mundo. Cené de camino al hotel y di por finalizada mi jornada fotográfica.




Quinto día:


   Día 19, debia estar en el aeropuerto a las 2 de la tarde para regresar a Barcelona, como no tenia que madrugar decidí salir sobre las 10 de la mañana. Tomé el tranvía hasta el centro, donde estuve haciendo unas fotos por la plaza de Wenceslao; nunca entenderé porque le llaman plaza si se parece más a una avenida.




Junto a la salida del Museo nacional se encuentra el monumento a Jan Palach, un estudiante checo que se quemó a lo bonzo el 19 de enero de 1969 como protesta a la invasión soviética de Checoslovaquia de agosto de 1968. Bajé por la plaza, aunque era temprano aproveché para comer algo y así no hacerlo en el aeropuerto. Más tarde cogí el metro, después el autobús para poder ir al aeropuerto.

Llegue pronto, aún no habían abierto el check in y aproveché para tomar algunas fotos, especialmente unas de los bancos (de sentarse) y cuando se hizo la hora, embarque de regreso a casa.





Si teneis alguna pregunta o duda y os puedo ayudar estaré encantado de hacerlo. Escribirme un email y os responderé con mucho gusto patrici@patrici.net